Página 2012 .- Núm. 26 | BOLETIN OFICIAL DE LA RIOJA | Miércoles, 29 de febrero de 2012 |
miércoles, 29 de febrero de 2012
Contratación de la ejecución de las obras de renovación de pavimentos y redes de la c/Cadena de Alfaro, mediante procedimiento abierto, tramitación ordinaria, con un solo criterio de selección,
Gestión Integral de los Servicios de Agua y Alcantarillado, incluye tanto el Servicio de suministro domiciliario de agua potable como la captación, conducción, tratamiento, acumulación, impulsión y distribución de agua potable hasta la acometida de los abonados, así como la actividad a desarrollar en lado de aguas pluviales y fecales del municipio de Nájera, durante veinticinco (25) años
Página 2015 .- Núm. 26 | BOLETIN OFICIAL DE LA RIOJA | Miércoles, 29 de febrero de 2012 |
Adjudicada a una empresa Navarra la Urbanizacion de la Calle Solana de Villamediana, la baja sobre el presupuesto de licitación es del 40%
Página 2018 .- Núm. 26 | BOLETIN OFICIAL DE LA RIOJA | Miércoles, 29 de febrero de 2012 |
sábado, 25 de febrero de 2012
Cambio en la titularidad de Radio Arnedo S.L, se tranfiere la titularidad de la frecuencia de Arnedo 95.2 Mhz
Página 1836 .- Núm. 24 | BOLETIN OFICIAL DE LA RIOJA | Viernes, 24 de febrero de 2012 |
viernes, 24 de febrero de 2012
UN NUEVA ADJUDICACION PARA UNA EMPRESA DE FUERA DE NUESTRA COMUNIDAD
Página 1892 .- Núm. 24 | BOLETIN OFICIAL DE LA RIOJA | Viernes, 24 de febrero de 2012 |
jueves, 23 de febrero de 2012
INTERPROFESIONAL INOPERANTE, Ángel de Jaime Baró
Ángel de Jaime Baró.
Ex presidente del Consejo Regulador DOCa Rioja.
Vicepresidente del Partido Riojano.
La creación del la Interprofesional del vino de Rioja suscitó, en su momento, mucha ilusión en el sector productor pensando que ello bastaba para conseguir el ansiado equilibrio entre producción y precios, acabando con los habituales y peligrosos dientes de sierra de los mismos que venían produciéndose. Sin embargo, los productores contaban con poca información sobre las posibilidades reales de lograrlo.
Los dirigentes de algunas organizaciones agrarias, esforzados defensores de la implantación de la Interprofesional, desconocían el modelo de Interprofesional vitivinícola que funcionaba con éxito en Francia, conociendo fundamentalmente el modelo de Interprofesional remolachera, que contaba con cuotas y precios establecidos previamente por la Unión Europea, muy distinto de lo que ocurría en el sector vitivinícola.
Los máximos representantes del Gobierno de La Rioja, que conocían, o debían conocer esta diferencia, nunca explicaron a los viticultores la realidad, apoyando firmemente la nueva situación.
Hay que recordar que el éxito de las Interprofesionales vitivinícolas se basa en tres principios fundamentales:
Transparencia de mercado, con contratos escritos obligatorios, y copia para la Interprofesional, que permiten establecer un observatorio vitivinícola con información general y periódica de precios y volúmenes comercializados.
Equilibrio de precios y producciones, por medio de acuerdos pactados entre los sectores en la Interprofesional, que anteriormente obligaban a todos los inscritos. Actualmente dichos acuerdos no se toman en la Interprofesional, pero son recomendados independientemente por cada uno de los sectores, y apoyados por la Administración, siendo prácticamente de general cumplimiento.
Decisiones de consenso, utilizando el sistema de consensos sucesivos primeramente de forma separada en el sector productor y en el comercializador para posteriormente, y de forma conjunta, llegar a un consenso general. En el caso de no conseguirse estos consensos esta previsto un sistema de arbitraje. Ello hace menos importante el porcentaje de representatividad de cada organización en la Interprofesional, al obligarles a conseguir un consenso, e impide los apoyos cruzados entre organizaciones de distintos sectores, que tanto han envenenado el funcionamiento de la Interprofesional del Vino de Rioja.
También debe mencionarse la norma de alternancia en la Presidencia del sector productor y del comercializador, lo que aporta a las Interprofesionales confianza institucional.
La situación actual de la renovación de la Interprofesional del Vino de Rioja es complicada, su solución es difícil pero no imposible. Pero la Interprofesional seguirá siendo inoperante si no se consiguen los principios fundamentales de funcionamiento a los que hemos hecho anteriormente referencia.
Y no olvidemos tampoco que en otros países las Interprofesionales no tiene competencia en la ordenación y control de las Denominaciones, que es realizado por las Administraciones competentes, lo que aporta seguridad sobre su adecuada ejecución.
El Partido Riojano considera que, si la Interprofesional no cumple con sus funciones propias y su actuación como Consejo Regulador ofrece dudas, nada ha mejorado con la nueva estructura de representación y regulación en la DOCa Rioja.
Por lo que cabe preguntarse, como ya hacen algunos, si no seria conveniente separar la representación económica y la función de regulación en la Denominación en distintos organismos y con diferentes condiciones electivas para dotar de mayor equilibrio y menores tensiones al funcionamiento de la misma.
Ex presidente del Consejo Regulador DOCa Rioja.
Vicepresidente del Partido Riojano.
La creación del la Interprofesional del vino de Rioja suscitó, en su momento, mucha ilusión en el sector productor pensando que ello bastaba para conseguir el ansiado equilibrio entre producción y precios, acabando con los habituales y peligrosos dientes de sierra de los mismos que venían produciéndose. Sin embargo, los productores contaban con poca información sobre las posibilidades reales de lograrlo.
Los dirigentes de algunas organizaciones agrarias, esforzados defensores de la implantación de la Interprofesional, desconocían el modelo de Interprofesional vitivinícola que funcionaba con éxito en Francia, conociendo fundamentalmente el modelo de Interprofesional remolachera, que contaba con cuotas y precios establecidos previamente por la Unión Europea, muy distinto de lo que ocurría en el sector vitivinícola.
Los máximos representantes del Gobierno de La Rioja, que conocían, o debían conocer esta diferencia, nunca explicaron a los viticultores la realidad, apoyando firmemente la nueva situación.
Hay que recordar que el éxito de las Interprofesionales vitivinícolas se basa en tres principios fundamentales:
Transparencia de mercado, con contratos escritos obligatorios, y copia para la Interprofesional, que permiten establecer un observatorio vitivinícola con información general y periódica de precios y volúmenes comercializados.
Equilibrio de precios y producciones, por medio de acuerdos pactados entre los sectores en la Interprofesional, que anteriormente obligaban a todos los inscritos. Actualmente dichos acuerdos no se toman en la Interprofesional, pero son recomendados independientemente por cada uno de los sectores, y apoyados por la Administración, siendo prácticamente de general cumplimiento.
Decisiones de consenso, utilizando el sistema de consensos sucesivos primeramente de forma separada en el sector productor y en el comercializador para posteriormente, y de forma conjunta, llegar a un consenso general. En el caso de no conseguirse estos consensos esta previsto un sistema de arbitraje. Ello hace menos importante el porcentaje de representatividad de cada organización en la Interprofesional, al obligarles a conseguir un consenso, e impide los apoyos cruzados entre organizaciones de distintos sectores, que tanto han envenenado el funcionamiento de la Interprofesional del Vino de Rioja.
También debe mencionarse la norma de alternancia en la Presidencia del sector productor y del comercializador, lo que aporta a las Interprofesionales confianza institucional.
La situación actual de la renovación de la Interprofesional del Vino de Rioja es complicada, su solución es difícil pero no imposible. Pero la Interprofesional seguirá siendo inoperante si no se consiguen los principios fundamentales de funcionamiento a los que hemos hecho anteriormente referencia.
Y no olvidemos tampoco que en otros países las Interprofesionales no tiene competencia en la ordenación y control de las Denominaciones, que es realizado por las Administraciones competentes, lo que aporta seguridad sobre su adecuada ejecución.
El Partido Riojano considera que, si la Interprofesional no cumple con sus funciones propias y su actuación como Consejo Regulador ofrece dudas, nada ha mejorado con la nueva estructura de representación y regulación en la DOCa Rioja.
Por lo que cabe preguntarse, como ya hacen algunos, si no seria conveniente separar la representación económica y la función de regulación en la Denominación en distintos organismos y con diferentes condiciones electivas para dotar de mayor equilibrio y menores tensiones al funcionamiento de la misma.
El Partido Riojano propone que el Parlamento, intervenga en lo que puede ser un "FRAUDE LEGAL" a miles de riojanos en depositos bancarios llamados "PARTICIPACIONES PREFERENTES"
PROPOSICIONES NO DE LEY PRESENTADAS POR PARTIDA RIOJANO EN EL PARLAMENTO DE LA RIOJA
TRAMITE DE CALIFICACION PREVIO A SU DEBATE EN PLENO
22/02/2012
PARTICIPACIONES PREFERENTES
“Que el Gobierno de La Rioja inste a las entidades financieras que operan en La Rioja y que emitieron participaciones preferentes, a que aporten una solución a los suscriptores de participaciones preferentes que deseen recuperar el dinero invertido en este producto, permitiendo a los afectados la recuperación íntegra de la inversión realizada.
Que, asimismo, inste a las entidades bancarias a informar, en el menor plazo de tiempo, a los suscriptores de participaciones preferentes de la situación de sus depósitos en la entidades, así como también remitir al Parlamento de La Rioja y al Gobierno de La Rioja el número de personas afectadas, así como el importe económico, por la suscripción de participaciones preferentes.
Apoyar e informar a los posibles afectados por las suscripciones preferentes, sobre las vías de reclamación de las que dispongan, a través de las diferentes oficinas de Consumo”
miércoles, 22 de febrero de 2012
Objeto del contrato: servicio de limpieza en centros de día y hogares de personas mayores de la Consejería de Servicios Sociales ubicados en Logroño
Página 1807 .- Núm. 23 | BOLETIN OFICIAL DE LA RIOJA | Miércoles, 22 de febrero de 2012 |
martes, 21 de febrero de 2012
El agua embalsada (21-02-2012) en La Rioja solo alcanza el 26,47% (36 hm3) de su capacidad
RESUMEN SEMANAL DEL ESTADO DE LOS EMBALSES
Provincia: La Rioja
Agua embalsada (21-02-2012):
36 hm3 26.47%
Variacion semana Anterior:
0 hm3 0.0%
Capacidad:
136 hm3
Misma Semana (2011):
79 hm3 58.09%
Misma Semana (Media 10 Años):
75 hm3 55.51%
Embalses en La Rioja
Pantano | Capacidad | Embalsada | Variacion |
| 33 | 6 | 0 |
| 68 | 19 | 0 |
| 35 | 11 | 0 |
Otros Embalses en La Rioja (Sin información semanal)
Pantano | Capacidad |
CORNAGO | 0 |
EL CORTIJO | 1 |
ENCISO | 47 |
ESTANCA PERDIGUERO | 3 |
HOYA DE GIMILEO | 0 |
LA GRAJERA | 2 |
LA RETORNA | 0 |
LEIVA | 2 |
VALBORNEDO | 1 |
VILLAREJO | 5 |
VILLARTA-QUINTANA | 0 |
YALDE | 4 |
sábado, 18 de febrero de 2012
La destrucción del derecho laboral
Este título no es una metáfora, es la expresión de una realidad. Las medidas que acaba de aprobar el Gobierno y que vienen a modificar los derechos y obligaciones de empresas y trabajadores, en realidad tan solo suprimen o recortan derechos de los trabajadores. Se habrá perdido por ello el equilibrio en que se basa toda rama del Derecho. De hecho, eso es lo que se pretendía, porque ¿qué significa sino "flexibilizar" y "desregular" las relaciones laborales? El Derecho del Trabajo era, hasta ahora, un conjunto de normas que disciplinaban aquellas relaciones, que ahora quedan sin regular o que pierden su valor. Por consiguiente, se está transfiriendo la fuerza del Derecho desde el código jurídico a las manos del más poderoso, que será siempre la empresa.
Entre las medidas adoptadas ocupa un lugar preferente la del "abaratamiento del despido". Los trabajadores, a partir de ahora, han de temer que les puedan despedir más fácilmente, y tendrán aún menos fuerza para oponerse a posibles decisiones de la empresa contrarias a la ley. De hecho, ni se atreverán a denunciar las arbitrariedades ante los tribunales, porque se encontrarán con que, incluso en el caso de que estos les den la razón, tal decisión no comportará el restablecimiento de sus derechos. La empresa se librará pagando un precio módico. Es decir, la empresa podrá comprar con dinero el silencio de la justicia.
Todo ello justifica la reacción indignada no solo de los sindicatos, como representantes de los trabajadores, sino de todos aquellos que saben que el derecho al trabajo es un derecho humano fundamental y que el código jurídico es un instrumento civilizador de las relaciones humanas. Es lamentable la miopía de muchos que no saben ver el daño que estas medidas harán al proceso que la Humanidad quiere recorrer hacia la justicia social. Lo veremos claramente cuando el panorama de las relaciones de trabajo de muchas empresas vuelva a parecerse más a un sistema feudal que a una democracia moderna.
La verdad es, no obstante, que de todo esto estábamos advertidos. La política neoliberal que se ha ido imponiendo en los últimos años en el terreno económico lo hacía presagiar. A mediados de los años ochenta ya había quien, entre los sabios laboralistas, nos pronosticaba, con complacencia, que muy pronto veríamos "el desmoronamiento del derecho laboral". El Derecho del Trabajo, juntamente con la Seguridad Social, se había convertido lentamente, con el tiempo, en el recambio civilizado de las revoluciones sociales decimonónicas, y vino a conquistar pacíficamente, con sus normas, nuevos espacios de justicia social. Esta rama del Derecho significaba un compromiso entre el poder del empresario y las exigencias de justicia y participación de los trabajadores en la empresa. El Derecho del Trabajo trataba de canalizar la confrontación que comporta la misma naturaleza del trabajo por cuenta ajena y proporcionaba amparo al trabajador que se proponía establecer una relación laboral desde una posición solitaria, aislada y por lo tanto, débil. El Derecho disciplinaba, además, la acción colectiva de los trabajadores a través de la dinámica sindical.
Todo ello parecía indicar que la vieja lucha de clases estaba encontrando vías de superación y que la barricada se había convertido en código o en convenio colectivo. Parecía que los derechos fundamentales de carácter social y económico que el consenso universal estaba aceptando, iban penetrando, también, en el reducto de la empresa por la vía de la extensión de la cultura democrática. Daba la impresión de que lo justo y conveniente era seguir progresando por este camino, hasta convertir la empresa en un territorio de colaboración constructiva. Pero la llegada de una nueva crisis del sistema capitalista ha sido suficiente para que resonara machaconamente esa consigna de salvación: "Hay que flexibilizar el mercado de trabajo", "hay que desregular el Derecho del Trabajo". Pues bien, con las nuevas normas se ha dado satisfacción a estas pretensiones. Cuantas menos normas, mejor…
Este es, pues, el auténtico fondo de la cuestión. Si el Derecho son normas, lo que está haciendo el Gobierno es destruir con esta reforma una parte del sistema jurídico establecido democráticamente y consolidado después de años de sacrificios y de luchas sociales. Y en cambio, lo que nos acercaría a una democracia avanzada –utilizando palabras del preámbulo de nuestra Constitución– sería un sistema cada vez más participativo en las decisiones que afectan a los ciudadanos a todos los niveles, también a nivel laboral. Y todo ello, ordenado de la manera más perfectamente posible por la regla del Derecho.
Por lo tanto, nadie puede negar que la reforma que ha de aplicarse a partir de ahora camina en sentido opuesto a estos horizontes de civilización y progreso. Es un intento de retorno a las fórmulas liberales más puras del laissez faire.
Una vez llegados a este punto, habrá que entrar en polémica con aquellos sectores que justifican la reforma como un mal menor necesario para reactivar la economía, crear nuevos puestos de trabajo y aligerar esa lacra social persistente que es el paro. Pero estos, seguramente, no se atreverían a poner la mano en el fuego y asegurar que esta reforma laboral pueda ser determinante para conseguir aquellos objetivos, y que no existen otras alternativas. En cualquier caso, el daño que se habrá hecho al equilibrio humano dentro de las empresas y al proceso histórico de la justicia social, será difícilmente reparable; habremos perdido así casi un siglo en el camino del progreso.
Entre las medidas adoptadas ocupa un lugar preferente la del "abaratamiento del despido". Los trabajadores, a partir de ahora, han de temer que les puedan despedir más fácilmente, y tendrán aún menos fuerza para oponerse a posibles decisiones de la empresa contrarias a la ley. De hecho, ni se atreverán a denunciar las arbitrariedades ante los tribunales, porque se encontrarán con que, incluso en el caso de que estos les den la razón, tal decisión no comportará el restablecimiento de sus derechos. La empresa se librará pagando un precio módico. Es decir, la empresa podrá comprar con dinero el silencio de la justicia.
Todo ello justifica la reacción indignada no solo de los sindicatos, como representantes de los trabajadores, sino de todos aquellos que saben que el derecho al trabajo es un derecho humano fundamental y que el código jurídico es un instrumento civilizador de las relaciones humanas. Es lamentable la miopía de muchos que no saben ver el daño que estas medidas harán al proceso que la Humanidad quiere recorrer hacia la justicia social. Lo veremos claramente cuando el panorama de las relaciones de trabajo de muchas empresas vuelva a parecerse más a un sistema feudal que a una democracia moderna.
La verdad es, no obstante, que de todo esto estábamos advertidos. La política neoliberal que se ha ido imponiendo en los últimos años en el terreno económico lo hacía presagiar. A mediados de los años ochenta ya había quien, entre los sabios laboralistas, nos pronosticaba, con complacencia, que muy pronto veríamos "el desmoronamiento del derecho laboral". El Derecho del Trabajo, juntamente con la Seguridad Social, se había convertido lentamente, con el tiempo, en el recambio civilizado de las revoluciones sociales decimonónicas, y vino a conquistar pacíficamente, con sus normas, nuevos espacios de justicia social. Esta rama del Derecho significaba un compromiso entre el poder del empresario y las exigencias de justicia y participación de los trabajadores en la empresa. El Derecho del Trabajo trataba de canalizar la confrontación que comporta la misma naturaleza del trabajo por cuenta ajena y proporcionaba amparo al trabajador que se proponía establecer una relación laboral desde una posición solitaria, aislada y por lo tanto, débil. El Derecho disciplinaba, además, la acción colectiva de los trabajadores a través de la dinámica sindical.
Todo ello parecía indicar que la vieja lucha de clases estaba encontrando vías de superación y que la barricada se había convertido en código o en convenio colectivo. Parecía que los derechos fundamentales de carácter social y económico que el consenso universal estaba aceptando, iban penetrando, también, en el reducto de la empresa por la vía de la extensión de la cultura democrática. Daba la impresión de que lo justo y conveniente era seguir progresando por este camino, hasta convertir la empresa en un territorio de colaboración constructiva. Pero la llegada de una nueva crisis del sistema capitalista ha sido suficiente para que resonara machaconamente esa consigna de salvación: "Hay que flexibilizar el mercado de trabajo", "hay que desregular el Derecho del Trabajo". Pues bien, con las nuevas normas se ha dado satisfacción a estas pretensiones. Cuantas menos normas, mejor…
Este es, pues, el auténtico fondo de la cuestión. Si el Derecho son normas, lo que está haciendo el Gobierno es destruir con esta reforma una parte del sistema jurídico establecido democráticamente y consolidado después de años de sacrificios y de luchas sociales. Y en cambio, lo que nos acercaría a una democracia avanzada –utilizando palabras del preámbulo de nuestra Constitución– sería un sistema cada vez más participativo en las decisiones que afectan a los ciudadanos a todos los niveles, también a nivel laboral. Y todo ello, ordenado de la manera más perfectamente posible por la regla del Derecho.
Por lo tanto, nadie puede negar que la reforma que ha de aplicarse a partir de ahora camina en sentido opuesto a estos horizontes de civilización y progreso. Es un intento de retorno a las fórmulas liberales más puras del laissez faire.
Una vez llegados a este punto, habrá que entrar en polémica con aquellos sectores que justifican la reforma como un mal menor necesario para reactivar la economía, crear nuevos puestos de trabajo y aligerar esa lacra social persistente que es el paro. Pero estos, seguramente, no se atreverían a poner la mano en el fuego y asegurar que esta reforma laboral pueda ser determinante para conseguir aquellos objetivos, y que no existen otras alternativas. En cualquier caso, el daño que se habrá hecho al equilibrio humano dentro de las empresas y al proceso histórico de la justicia social, será difícilmente reparable; habremos perdido así casi un siglo en el camino del progreso.
Francesc Casares i Potau, Andrés Pérez Subirana, Judith Barceló Cisquella y Jessica Bolancel Ferrer son abogados
viernes, 17 de febrero de 2012
No nos dejemos manipular por los medios. el lingüista Noam Chomsky elaboró la lista de las “10 Estrategias de Manipulación” a través de los medios
1. La estrategia de la distracción El elemento primordial del control social es la estrategia
de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas
importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la
técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.
La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público
interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la
psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos
de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al
público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como
los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado
“problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar
cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea
hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u
organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de
seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para
hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el
desmantelamiento de los servicios públicos.
3. La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable,
basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que
condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas
durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad,
flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos
cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de
presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento,
para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio
inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el
público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar
mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para
acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el
momento.
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida
al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente
infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de
poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más
se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si
ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella
tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un
sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas
para guerras tranquilas”)”.
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto
emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y
finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro
emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas,
deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea
incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y
su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más
pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las
clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar
para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a
9. Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable
por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades,
o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se
auto desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la
inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso
de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente
brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites
dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha
disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como
psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él
se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un
control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí
mismos.
de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas
importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la
técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.
La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público
interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la
psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos
de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al
público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como
los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado
“problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar
cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea
hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u
organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de
seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para
hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el
desmantelamiento de los servicios públicos.
3. La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable,
basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que
condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas
durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad,
flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos
cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de
presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento,
para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio
inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el
público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar
mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para
acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el
momento.
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida
al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente
infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de
poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más
se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si
ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella
tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un
sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas
para guerras tranquilas”)”.
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto
emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y
finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro
emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas,
deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea
incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y
su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más
pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las
clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar
para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a
9. Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable
por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades,
o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se
auto desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la
inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso
de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente
brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites
dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha
disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como
psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él
se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un
control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí
mismos.
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